7 de junio de 2012

La muerte del hombre ilustrado.

Hoy nos llega la triste noticia de la muerte de Ray Bradbury a los 91 años.

Los que comenzamos a interesamos por la literatura de Ciencia Ficción, allá por los finales de los 60 y principios de los 70, recordaremos como los libros de la editorial argentina Minotauro eran una de los pocas fuentes de lecturas interesantes. Dentro de esta producción editorial, de tamaños desiguales y papel barato, vivían no pocos clásicos de la literatura fantástica, siendo uno de los autores mas asiduos Bradbury. Con su prosa inquietante y, como decían muchos, poética nos inició en el vicio por ese maltratado género a legiones de lectores.
Bradbury era un contador de historias nato, de esos que reunían a la tribu en torno a la hoguera con las caras embobadas por la fascinación de lo que oían narrar. Probablemente por eso el grueso de su producción se centra en el cuento, en las narraciones breves a pesar de que su obra mas conocida es la novela “Fahrenheit 451”. Esas historias a menudo se impregnan de un espíritu nostálgico por un tiempo pasado, un tiempo que resulta contener numerosas reminiscencias de un idealizado mundo rural estadounidense previo a la crisis del 29, probablemente un mundo que es una dorada imagen de la infancia del propio Bradbury. Un mundo que por lo reducido y recurrente terminaba cansando, pero que solía ser uno de los primeros pasos en el genero.

Descanse en paz el “Autor de Fahrenheit 451” como quiso que figurase en su tumba, aunque en mi caso es mas el autor de las “Crónicas marcianas”, primera obra suya que leí y autentico monumento naíf al espíritu humano.


La historia de "El hombre ilustrado", musicada por Bob Jacobs.


En contraportada de la edición de 1996 de "Fahrenheit 451" de Minotauro se reproducía este comentario de Kingsley Amis:

"Fahrenheit 451. La temperatura a la que el papel se enciende y arde. Como 1984 de George Orwell, como Un mundo feliz de Aldous Huxley, Fahrenheit 451 describe una civilización occidental esclavizada por los media, los tranquilizantes y el conformismo. La visión de Bradbury es asombrosamente profética: las pantallas de TV ocupan paredes y exhiben folletines interactivos, unos auriculares transmiten a todas horas una insípida corriente de música y noticias, en las avenidas los coches corren a 150 kilómetros por hora persiguiendo a peatones; y el cuerpo de bomberos auxiliados por el Sabueso Mecánico, rastrea y elimina a los disidentes que conservan y leen libros.
Fahrenheit 451 es el más convincente de todos los infiernos conformistas."

¿Pantallas que ocupan paredes emitiendo folletines sin parar? ¿Gente andando por la calle con auriculares que les aíslan del mundo? ¿No suena demasiado real para haber sido escrito en 1953?

Felices sueños.

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