5 de junio de 2006

La mafia del ladrillo.

Ultimamente podemos contemplar estupefactos en Murcia una serie de comportamientos, por parte de las empresas promotoras de proyectos inmobiliarios faraónicos, una suerte de comportamiento que roza el chantaje y la extorsión. Me refiero a los casos de Polaris World en Alhama y del Grupo Hispania en Aguilas, siendo este ultimo el mas flagrante y manifiesto ejemplo de esta actitud prepotente y arrogante de los que, en un escenario difícil de comprender por la ciudadanía, recibieron un "cheque en blanco" por parte de las administraciones durante diez años, para erigirse en auténticos dictadores de la gestión del suelo y obtener grandes beneficios rápidamente. Para ellos no cabe mas que la obediencia y el silencio del ciudadano y la administración a sus requerimientos, la firma de permisos aunque no se cumplan los requisitos mínimos razonables, sobre todo de cara a la preservación de entornos protegidos y el medio ambiente. Así cuando alguien intenta poner freno a sus planes aunque sea tibiamente, se saca a la calle a los trabajadores, se da una visión irrisoria de los puestos de trabajo a perder (¡Como si los puestos creados por la construcción fuesen a durar mucho mas que la obra!) y se amenaza con retraer inversiones que en realidad son pura ficción.
¡Amenaza, que ahí queda y a quien no tenga la conciencia tranquila puede impresionarle!. A los demás nos debería de dejar claro con que tipo de empresarios estos tratando: Con los que amenazan y pretender amedrentar a los que no se pliegan a sus intereses, a los que debemos de permitir arrasar montes, destruir bienes naturales únicos y atropellar los derechos de los vecinos para que ganen dinero a espuertas. Y si para esto tenemos que reducir los espacios naturales protegidos en la comunidad, pues aquí debe venir un político dócil a hacerlo y si no lo hace, amenazamos.
Si esto no es ser mafioso ¿Qué lo es?.
 

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