28 de octubre de 2005

Asesinos de montañas

¿Qué es reemplazable y que no lo es? ¿Se puede, por el afán de ganar dinero rápidamente dilapidar cualquier patrimonio, siempre que la opinión pública este mirando hacia otro lado? ¿Qué guía esa misma "opinión pública" cuando cierra los ojos al expolio sistemático de nuestro patrimonio natural?

Circulando por la carretera que costea el Mar Menor, en Murcia, llama la atención a la salida del pueblo de Los Alcazares un viejo volcán que se levanta en una planicie. Es una imagen de abigarrada belleza ver sus coladas verticales aún identificables (formación única en la Región de Murcia) silueteadas al atardecer. O lo serian si una promotora de casas baratas de construcción y caras de adquisición, no hubiera decidido allanar el terreno para darle a los jubilados ingleses casa baratas (según su escala, claro) para tostarse al sol de este Alicante sur, (Ya se sabe en esa fabulosa Europa de la que somos socios no saben, ni quieren saber, lo que es Murcia) que les importa tan poco que no se molestan ni en saber como se dice buenos días en el idioma local.
¿Es admisible que un gobierno regional modifique espacios protegidos para que , mira que casualidad, queden al antojo de promotores inmobiliarios, que un gobierno local de licencias para perpetrar un autentico atentado ecológico, que un gobierno central mire a otro lado y deje desprotegidos a los ciudadanos? Huele mal, muy mal. Ni ecologistas, ni medios de comunicación se hacen eco de muchos de los desmanes medioambientales que se cometen a largo y ancho de la Región de Murcia. ¿Es que no vende el defender lugares que no suenan? ¿No es lo mismo La manga que el Carmolí? Que penoso es ver la falta de categoría y criterio de las personas que están al frente de la política, los movimientos ciudadanos y los medios de comunicación, como se hace dejación y mercadeo de la honradez y la profesionalidad, de la integridad y de la objetividad.
Al final quedan desnudas y sin respuesta las preguntas básicas cuando nos enfrentamos a estos reiterados delitos ecológicos: ¿Qué sentido tiene allanar un monte cuando existe un llano de cultivo abandonado junto a el? ¿Quién permitió a una inmobiliaria despiadada construir en donde no solo no se debía, sino que hasta hace poco no se podía? ¿Quién compro a buen precio y vendió a mejor todavía? ¿Puede tener alguno de los implicados las manos limpias y la conciencia tranquila?
Preguntas y preguntas que nunca se contestan, acciones que nunca tienen freno y que dejan un desolado paisaje en la región y frente a las que nadie hace nada. O casi nadie, por que en la caseta de la constructora/destructora alguna mano, supongo que presa del furor y la impotencia pinto la definición justa de esta empresa y de los que con ella colaboran "ASESINOS DE MONTAÑAS". Al final solo queda el derecho al pataleo.
 

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