25 de agosto de 2006

Los limites del mercado


Desde los años 80 del siglo pasado fue imponiéndose, a modo de pensamiento único en los países occidentales, un cierto cuerpo de ideas económico-político del que seria uno de los principales ideólogos Milton Friedman y que se denomino neoliberalismo. Formulado en principio como una teoría económica (Que le valió el Nobel al citado Friedman) y aplicada por la administración Nixon de la que era asesor, fue recogido por una nueva hornada de políticos conservadores (Reagan, Thatcher, Kohl...) que accedieron al poder en potencias ligadas al eje atlántico en un momento en que la propaganda del pentágono, que durante muchos años alerto del peligro del “oso ruso” (1) había creado un estado de alarma latente y en el que la fuerte reestructuración de la política internacional de los Estados Unidos, tras la derrota de Vietnam , la crisis de Watergate y el auge del terrorismo de los últimos años 70, propicio la liquidación de la practica totalidad de las dictaduras en los países de Europa Occidental. La U.R.S.S. se había metido en el lodazal de Afganistán, echando a perder su auge en los países del tercer mundo enfrentándose aun islamismo incipiente.

Como consecuencia de esta ideología, triunfante en la guerra fría, poco apoco tomo nombre un fenómeno económico que cambiaría, y de hecho sigue cambiando, la faz del planeta: La globalización. Un hecho colateral a la teoría neoliberal que hacia del mercado un ente casi divino, con un comportamiento propio de un ser con personalidad e intelecto, el cual se encarga de regular las relaciones económicas (y en buena medida las sociales) no solo entre personas sino también entre estados y regiones supraestatales. Se genero la conclusión de que la mejor política económica era la que no existía y se debía dejar al mercado regularse a si mismo. La fractura de los regímenes de economía planificada (llamados socialistas) parecía dar un irrefutable apoyo a esta visión, por lo que los estado procedieron a abandonar las políticas proteccionistas y aceleraron la liberalización del flujo de capitales y de mercancías, lo que provoco el fenómeno de la deslocalización trasladando amplios sectores de producción desde los paises desarrollados o incluso desde los llamado "en vías de desarrollo" hacia paises que ofrecían menores costos, sobre todo gracias a mano de obra barata (A veces en condiciones semiesclavistas y de abuso de menores) y a una gran permisividad en cuestiones de seguridad, derechos laborales y legislación medioambiental.

Poco a poco, y no solo por parte de los partidos conservadores tradicionales si no también por los partidos de centro izquierda (SPD, PSOE, etc.), se procedió a "aligerar" los estados mediante tres iniciativas:
Desregular la economía y ceder una parte fundamental de la política económica a organismos autónomos (teóricamente técnicos) como los bancos centrales (cuyos rectores no procedan de votación alguna) y a las organizaciones sindicales y empresariales.
Liquidar directamente paquetes de prestaciones sociales que el "estado del bienestar" había asumido, al menos en Europa. Así se restringen pensiones, prestación de desempleo, etc.
Redirigir grandes paquetes de dinero publico al sector privado, argumentando cuestiones de eficiencia. Esta redirección se suele dar también de tres maneras fundamentalmente: La subcontratación de servicios, en pleno auge en la sanidad, la educación y las administraciones locales; la creación de programas de dotaciones al estado (por ejemplo de adquisición de material de defensa) en los que los comités de expertos coinciden en sus esferas de interés con los proveedores y por ultimo la cesión de importantes labores asistenciales a las ONG (2), que han asumido funciones cada día mas demandadas por la sociedad y a las cuales se les dedica cada vez mas recursos.

La endeblez de este entramado ideológico quedó poco a poco en evidencia conforme se fueron haciendo claras las consecuencias, dramáticas tanto por su naturaleza (afectan profundamente a la vida de las personas) como por su alcance (mundial): Por una parte al albur de la delocalización, la merma de prestaciones sociales y los recortes de poder adquisitivo en aras de la competitividad se ha dado un descenso de la calidad de vida real en los países desarrollados y se han agrandado las bolsas de pobreza, generando periódicos estallidos de violencia (Los Angeles, Francia, etc.) y situaciones tan impensables como el que Médicos Sin Fronteras se plantease intervenir en barrios pobres de Nueva York. Por otra parte los países pobres están cada vez mas indefensos frente a movimientos especuladores de grandes distribuidores mundiales, que consiguen pagar sus productos a precios de miseria. Esto, unido a un medio ambiente cada vez mas deteriorado y a la globalización de la información, genera unas falsas expectativas en unas sociedades permanentemente al borde del colapso y desembolsa millones de emigrantes, legales e ilegales, que intentan el salto a los países industrializados dejando un reguero de muertos y unos países desprovistos de sus cuadros mas formados e inquietos en el camino. La labor asistencial en los países del tercer mundo también se ha dejado casi exclusivamente en manos de ONGs, desbordadas totalmente tanto material como organizativamente por la falta de compromiso real de los estados desarrollados y la magnitud de las tareas a realizar (3).
El resumen es que el neoliberalismo ha generado una mayor brecha entre ricos y pobres, tanto a nivel de estados como a nivel de personas dentro de los estados y también ha generado un descontento endémico y creciente entre los menos favorecidos, que se han trasformado en caldo de cultivo para cualquier fanatismo integrista con las dramáticas consecuencias que todos conocemos. El neoliberalismo ha fracasado: hoy por hoy el mundo es memos justo y menos seguro que hace quince años y en aras del desarrollo económico se esta volviendo inhabitable el planeta.

El integrismo neoliberal esta generando un mar de muertos con poca repercusión mediatica. En tanto a los grupos antiglobalización se les trata de delincuentes y se hurta un debate social urgente que genere alternativas, enmascarando su fracaso en los destrozos de unos vándalos y negándose a dar voz a cualquier critica que se eleve. Encerrarse tras murallas y soldados nunca ha salvado a los imperios en decadencia y nada nos salvara a menos que cambie esa ideología depredadora e irreal.

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(1) Es decir, la supuesta ventaja militar del Pacto de Varsovia sobre los aliados de la OTAN.
(2) Que proliferaron sobre todo a partir de los años 80 del Sº XX y que en muchos casos deberíamos denominar Organizaciones Para-Gubernamentales, por su dependencia de la financiación del estado.
(3) El "aligeramiento" de los estados, a favor de las ONGs ha dado lugar a una especie de "estados adolescentes" en Europa, que son incapaces de tomar iniciativas ni asumir responsabilidades en la solución de los problemas globales del mundo.

 

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