18 de abril de 2012

Malas compañías.

El batacazo de Repsol en Argentina con la nacionalización de YPF, historia de una muerte anunciada dado el acoso a que se estaba sometiendo por los gobernadores de algunas provincias, pone de manifiesto la misera posición que ocupa nuestro país en el concierto internacional.

Mas allá de si es legal o no la nacionalización o si es defendible que lo que cuando Argentina estaba envuelta en una profunda crisis (suspensión de pagos incluida) se trataba como un “apoyo de España a la economía Argentina", ahora se califique de poco menos que un ataque a la soberanía nacional, lo que vemos es un fruto mas de la situación a la que nos ha llevado la miopía y de la intransigencia germana. Argentina se ve ahora fuerte en tanto que España se debilita día a día, permitiendo pensar no solo en recuperar el sector del petroleo, si no tomar una postura chulesca y amenazadora frente a las vaciás bravatas de nuestro gobierno. Y lo hacen por que pueden, por que saben que ni EEUU ni la Unión Europea se va a enzarzar en una confrontación comercial con el país austral por España.

Al margen de la conveniencia para los intereses argentinos el asustar a los inversores extranjeros o de la innegable justicia que asiste a un país que intenta controlar sus recursos naturales, este suceso me recuerda un poco a la llamada “guerra del fletan” en la que de nuevo España, ya país de la tan cacareada Unión Europea, se vio absolutamente solo y abandonado en un conflicto comercial con Canadá, que termino imponiendo sus intereses en los foros internacionales. Y es que a los que mandan en la UE parece que solo se acuerdan de la pertenencia de España a esta a la hora de la obligación, sea recortando presupuestos públicos o exigiendo la apertura de sectores económicos a la competencia global. Por que yo al menos aún recuerdo cuando había que privatizar empresas públicas y derogar restricciones a la inversión extranjera en aras de que “lo que exige Europa”. Ahora no se muestra esa unión tan preocupada de proteger la libertad de empresa. Claro tampoco nos decían entonces que el peso del sector público en esos países de cabeza de la UE era muy importante. Véase Volkswagen o France telecom. Tampoco nos dicen ahora qué pasaría si esos intereses amenazados fuesen alemanes o incluso franceses. Me temo que en la UE ya no se opinaría que era solo “un problema bilateral”.

Esto es lógico, un país fuerte puede hacer valer sus intereses. Pero no es ni justo ni leal por parte de nuestros “socios”.

“Abandonados, contentos, con el cerebro lavado y explotados”, Sonata Arctica.



Menos contentos, así nos sentimos algunos. Así se sentiria nuestro gobierno si tuviese dignidad.

Ya perece que va siendo hora de empezar a plantearse para qué queremos pertenecer a esta pantomima de Unión Europea que solo sirve para imponer medidas arbitrarias, cuestionadas por multitud de opiniones, y no se moja para proteger los intereses de nuestro país. Si hasta Chile o Mexico han sido más contundentes que nuestros presuntos aliados. ¿De que narices vale ser súbditos de este IV Reich alemán? Solo para que cada día seamos mas pobres, tengamos mas paro y seamos el hazmereir del mundo.

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