Herencia molesta.

Viendo el júbilo de los grupos falangistas, ultraderechistas y conservadores (PP incluido), al enterarse del enjuiciamiento del juez Garzón por la investigación de los crímenes del franquismo, no se puede reaccionar mas que con autentico asco.

Bien es cierto que Garzón es un personaje polémico, con tendencia al histrionismo y al protagonismo y que posiblemente se merezca una revisión de muchas de sus acciones. Pero hay que saber deslindar las cosas y Varela parece que ha perdido el norte en este caso, probablemente dejándose llevar por una visión personal y sesgada de la situación.
¿Se plantea alguien sentar en el banquillo a Garzón por los procesos anti-droga en Galicia? Estamos no desautorizando al juez sino poniendo en duda la posibilidad de investigar hechos fundamentales de nuestra historia, que implican delitos que según la legislación internacional de la que España es signataria NO prescriben. Y ninguna ley de amnistiá puede amparar a los criminales, algunos de ellos seguramente aún cobrando pensiones como ex-funcionarios del estado, que hicieron desaparecer a ciudadanos, tiraron por las ventanas de la DGS a detenidos sin ningún tipo de limite o convirtieron las comisarias en los lugares de mayor riesgo cardíaco del mundo, mediante certificados de defunción falsos que enmascaraban torturas sin ningún tipo de rubor.
Fueron crímenes de estado y contra la humanidad y así lo entiende la comunidad internacional, que se escandaliza no con el enjuiciamiento de Garzón, sino con el sinsentido de nuestra sociedad que ampara a los criminales y sus herederos y señala con el dedo acusador a las victimas y sus familiares.

El perdón tiene un limite y si 60, 50 o 40 años después de los hechos este estado sigue alineándose con los criminales y desamparando a las victimas les exige que callen y olviden, se muestra como heredero directo y continuista de la sangrienta dictadura de Franco. Y si es así vuelve a tener sentido recordar que en un día como hoy se proclamó la II República y que visto lo visto, vamos a tener que ir por la III.



Graciosillo, ¿No?