Comienza un nuevo año, dejando atrás un periodo marcado por un conjunto de desastrosas noticias que parecen inacabables e incluso empeoran día a día.
Evidentemente el tiempo no se detiene y lo que vamos a vivir en este año se enraizá en los últimos sucesos del 2011, en los errores y engaños, en el triunfo de la codicia desmedida y en la estúpida búsqueda del lucro desbocado. La perspectiva es oscura y frente a un futuro lleno de incertidumbre, miedo y tristeza solo cabe buscar la inspiración para la resistencia en la brillantez de las obras que merecen la pena, para hacer frente a la marea de indiferencia y falta de inteligencia que nos rodea.
La cosa va para largo al parecer.
1 de enero de 2012
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