Hace unos días sufrí un problema con este blog: En las aulas de libre acceso del Ayuntamiento de Murcia aparecía bloqueado como pagina pornográfica (!!!). Después de pensar lo peor de los administradores de la fundación Integra (de los que depende el sistema de filtrado) y de dar muchas vueltas la cuestión me quedo mas o menos clara: El Ayuntamiento de Murcia recurre a un juego de filtros de la empresa Optenet, cuyo analizador semántico bloquea por defecto las página con cualquier termino remotamente dudoso. Quiero creer que la foto de Hugh Hefner (Propietario de PlayBoy) les ha parecido sospechosa, ya que un simple correo a la citada entidad desbloqueo el acceso sin mas problemas.
Todo bien. ¿O tal vez no? Bueno, en la pagina de bloqueo de las WALAs de Murcia no parece por ningún lado el enlace para solicitar la autorización de las páginas, ni se debería de calificar alegremente los contenidos, bastaba con bloquearlos sin difamar al autor. No se respeta ni el derecho a la rectificación ni la imagen de los autores censurados. Pobre ejemplo de ejercicio democrático y respeto a los ciudadanos el que nos da esta institución.
Habrá quien opine que el termino censura es exagerado, pero a mi me parece incluso tibio.
Cuando se limita de forma preceptiva el acceso a las paginas que presentan una minina duda, sin someterlas a una análisis medianamente serio y detallado, se esta recurriendo a la censura previa que mata la liberta de expresión. Pero el disparate no queda aquí, ya que esta censura de un medio libre (Internet, accedido desde un local público y con medios públicos se deja en manos de una empresa privada que considera culpable a todo el mundo hasta que demuestre lo contrario. ¿Es esto moral? ¿Es incluso constitucional? Es comprensible que ciertos contenidos se limiten para los menores de edad y se debería de organizar el acceso desde zonas libres de manera que se pudieran limitar, pero cortar el acceso de los adultos en una llamada “Aula de Libre Acceso” es un contrasentido que nos recuerda la celebre reflexión de Benjamin Franklin sobre la libertad y la seguridad. Vamos camino de no merecer ninguna.
Buen momento para releer a George Orwell, que sigue al día a pesar de quedar lejano el año 1984.
1 de octubre de 2006
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