22 de enero de 2007

El caballo de Atila.

Dicen los cronicones decimonónicos que por donde pasaba el caballo de Atila no volvía a crecer la hierba. Algunos políticos, si bien tienen el mismo efecto, parecen mas el burro que el caballo de Atila por las barbaridades que cometen. Y como ejemplo un botón que no tiene desperdicio: El Ministerio de Agricultura español espera frenar la crisis de sobreproducción del limón con incentivos para arrancar limoneros, eliminando mas de un millón de arboles y afectando a miles de hectáreas.

Me pregunto quien puede ser el genio que se ha inventado tal solución y si es solo un incompetente o un autentico criminal. No parecen enterarse en el Ministerio que la crisis del campo, sobre todo en zonas como Murcia, esta generando un reajuste verdaderamente dramático y sin alternativas reales a las plantaciones que se eliminan, salvo el ladrillo y el campo de golf.
Por otra parte se pueden leer (¿Verdaderamente saben leer estos señores a los que les pagamos el coche oficial?) informes sobre el cambio climático que indican una tendencia a extremarse en las condiciones del tiempo, con lluvias muy concentradas en épocas concretas e inviernos muy cortos y mas fríos unidos a veranos tórridos. No hace falta pensar mucho para deducir que se hace imprescindible proteger unos suelos ya de por si muy afectados por la desertización y la sobreexplotación. La única forma de hacerlo es mediante una cubierta vegetal adecuada, que además garantice la subsistencia de la flora y fauna asociada. Los arboles frutales, los olivos y tantos otros cultivos que se extiendes por nuestros campos no solo tienen una función comercial, también tienen una función ecológica de primer orden que hay que preservar y valorar: Un limonar, abandonado y plagado de "malas hierbas", siempre nos retorna un beneficio mayor que su costo, aunque algunos "expertos" de salón, que parecen salidos de una centroeuropa autocomplaciente y ombliguista, no puedan verlo por su falta de inteligencia y decencia y se olviden de las declaraciones de hace unos años que defendían el papel de los agricultores como "preservadores del terreno".
 

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