30 de octubre de 2007

Linchando al cenutrio.

El caso del fenómeno del tren, y digo fenómeno por que es increíble que se puedan tener funciones básicas (andar, comer, etc.) con tan pocas neuronas en uso, parece sintomático del funcionamiento insano de nuestra sociedad, en el que sucesos como este se ven como excepciones puntuales y no como síntomas.


El comportamiento cobarde, abusón y violento de este individuo se enraíza en un modo de relación muy extendido en la humanidad: el abuso del indefenso. Este es una constante de la historia humana, siempre ha existido desde el robo del bocadillo y las burlas en las aulas hasta el expolio en los campos de exterminio nazis o los centros de internamiento argentinos. Así se entiende que siempre exista gente capaz de hacer las mayores barbaridades en nombre de algún pretexto (Dios, la patria, ...): Hay un tipo de persona que disfruta abusando y vejando a los demás, siempre que goce o crea gozar de una cierta impunidad. Son usualmente personas poco inteligentes y con graves disfunciones mentales, que pasan desapercibidos hasta que se creen con la autoridad o el anonimato de su parte y manifiestan su patología. Esta claro que no son solo productos psicológicos sino también sociales, que con un entorno adecuado y en una sociedad sana pueden y deben ser recuperables, pues es una actitud mucho mas extendida de lo que queremos creer.
Esta piltrafa humana, que se cerciora cobardemente de que no halla nadie que le pueda llamar la atención antes de actuar, no parece necesitar una ideología, no parece un nazi racista mas que nos pese y probablemente si la chica agredida hubiese sido miope le habría llamado "cegata de mierda" en puesto de "inmigrante de mierda". Simplemente busca descargar su ira y frustración sobre alguien que no puede defenderse y no parece importarle sobre quien, solo que no pueda devolver los golpes. Esta actitud se relaciona mas con sus congéneres que apalean y queman indigentes que con la extrema derecha, aunque en esta terminen como carne de cañón muchos desbecerrados de este nivel . Pero, y con todo el asco que produce el fascismo, lo mas preocupante es que este individuo es la manifestación extrema de la actitud de una parte de jóvenes (y no tan jóvenes) que hacen del garrulismo y el cenutrismo su bandera, vandalizando parques, atronando con sus coches y proclamando a gritos su falta de cerebro. En cualquier jardín se les puede oír contando sus peleas de fin de semana en las zonas de bares, donde compran las rulas y cosas similares. Descargan su violencia sobre el mobiliario urbano o sobre los vehículos que no están vigilados, hacen lo que les viene en gana por que si, por que pueden y les dejamos. Quizá a otro de ellos mañana le de por apalear a alguien y no nos enteremos. O si y de nuevo políticos y juristas se rasgaran las vestiduras y no verán que no es mas que una manifestación de una sociedad enferma, fracasada en la transmisión de la cultura y de los valores humanos. Es más fácil linchar al cenutrio de turno en los medios de comunicación y apaciguar nuestra nausea, que pensar en como arreglar este desastre de sociedad que vamos creando poco a poco entre todos.


Luego vendrá Esperanza Aguirre a decir que también le da asco el pasajero que no hizo nada, que volvió la cabeza. Después de la muerte de un joven por defender a una mujer en una disputa con su pareja y dicho por alguien que lleva escoltas y se mueve en la seguridad del coche oficial pagado por todos, pero que torpedea la implantación de una signatura que se denomina "educación para la ciudadanía" si que da asco. Quizá dicha asignatura no sirva para nada pero ¿Dónde esta su alternativa? ¿El catecismo del padre Ripalda? ¿Es mejor solución que el cenutrismo campe por sus respetos? ¿Esperan un nuevo salvapatrias que imponga su orden tal vez?
De la memez actual puede surgir el fascismo futuro y entonces todos nos arrepentiremos.

7 de octubre de 2007

Somos España?

El ultimo delirio del PP nos lleva, de nuevo, al sentido mas cavernícola del patriotismo.

Al grito de “Somos España” un Rajoy cada vez mas inmerso en una huida hacia delante, sin sentido ni rumbo, se envuelven en la bandera que siendo de todos ellos quieren usar como exclusivamente suya, y se lanza de la mano de las “Nuevas Generaciones” a la calle a defendernos de la confabulación masónico/nacionalista/rojo/atea, lo queramos o no. No tienen el gobierno, pero creen que les pertenece, no tienen los votos y no parecen creer que los necesiten: Tienen LA VERDAD, así con mayúsculas, y pueden insultar y mentir cuanto deseen. Son de nuevo salvapatrias, mantenedores e la reserva espiritual, auténticos iluminados. Los nazis también lo eran, como lo son los integristas islámicos o los asesinos de ETA: Todo se justifica, muertes, violaciones y genocidio incluidos por que tienen la razón por derecho divino, histórico o dios sabe por que otro extraño medio.



Esta claro que ellos son la España de las mentiras, de la mala intención, de la especulación económica, la componenda partidista, del insulto y la crispación. Son una España, nos guste o no. Pero nosotros, los que no creemos que se puede asaltar el país como si de una finca privada se tratase, que las cosas se consiguen convenciendo y no descalificando, que él “después de mí, el diluvio” no vale, también somos España.

Aunque les pese y quisieran que no estuviésemos aquí.
 

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